La capacidad de deliberación ética y el compromiso con el profesionalismo y el comportamiento ético son esenciales para que los egresados sean agentes de cambio en la sociedad. La Universidad ha avanzado en las estrategias que promueven la formación de la ética y la integridad. El Centro de Ética Aplicada ha sido clave en este progreso.
Esta iniciativa pretende profundizar en la enseñanza, la práctica y la evaluación de la ética. Con este propósito, se implementarán las siguientes acciones: ampliación del componente de formación ética a los cursos disciplinares (además del que ya existe en los cursos de educación general), enseñanza de la ética en la formación inicial de profesores, formación de profesores en pedagogía de la ética y fortalecimiento de ética de la investigación y la integridad académica. Además, la Universidad dará acompañamiento a los profesores para la promoción de la enseñanza y aprendizaje de la ética en todos los ámbitos de desempeño (personal, académico, profesional y ciudadano).